Suelo leer siempre el mismo tipo de literatura, y cuando quiero algo diferente le pregunto a uno o dos amigos, con gustos diferentes pero que son también, más o menos siempre, fieles a un mismo tipo de literatura. En las Catas pude degustar autores, estilos y formas que si dependiese sólo de mi, jamás hubiese conocido. Poesía rusa, haikus japoneses, humor crítico mexicano…
A veces, la sorpresa o el placer alcanzan para buscarlos fuera, indagar, pedir o comprar un libro. Pero aun cuando no, aun cuando mi relación con ellos se termine en la cata, ese solo contacto amplía mis horizontes, y me hace saber que el mundo es mas grande que las cuatro calles de mi barrio.